Existen varios hábitos que de manera recurrente agravan el trastorno y las causas más frecuentes son:
-No beber suficientes líquidos en especial agua obviamente.
-Comer demasiado y en específico por las noches cuando la digestión se torna lenta ya que cesa nuestra actividad física.
-No consumir fibra, producto de una dieta mal planificada en donde se sustituyen cereales integrales por harinas, dietas a base de carnes, grasas saturadas y sin incluir vegetales.
-Inactividad física, derivada de nuestra vida cotidiana que induce a permanecer mucho tiempo de pie o por el contrario mucho tiempo sentado.
-El consumo de ciertos medicamentos o el uso excesivo de laxantes (de manera irónica, ya que se toman para combatirlo).
-Demorar demasiado entre la necesidad de ir al baño y poder acudir a uno, es decir, la imposibilidad provocada por el acceso a un sanitario en el área dónde pasamos la mayor parte del tiempo: escuela, trabajo, calle, etc.
-Estrés; que tiende a que los músculos abdominales siempre estén en constante tensión.
-Enfermedades como colitis, intestino irritable.
-Embarazo.
-Hipotiroidismo.
Normalmente una persona tendría que ir tres veces al baño y hay muchas consecuencias derivadas de durar varios días sin acudir a uno. Así como también consecuencias por el esfuerzo excesivo, (ya que se aumenta la presión sobre las paredes del intestino y no se permite la circulación sanguínea normal) lo que puede provocar entre otras cosas: hemorroides o fisuras, además de hinchazón, distensión, dolor abdominal, sensación de fatiga y dolor de cabeza. Lo mejor es acudir a un médico especialista si se presentan los síntomas o sobre todo si hay sangrado o estreñimiento súbito.
Por todo lo anterior es mejor “prevenirlo” y evitarlo, que “tratarlo” y la única forma es cambiando nuestro estilo de vida; comer a horas establecidas, incluir 2 litros de agua natural, comer verduras ftescas y crudas; legumbres, frutas con cáscara, frutos secos como ciruelas pasas y cereales integrales. Se necesitan varios cambios en especial durante el desayuno (para que mejore la digestión el resto del día).
Si la persona está en cama por alguna enfermedad, tal vez pueda realizar ejercicios, haciendo presión sobre los músculos abdominales (aptetar y soltar el abdomen) cómo intentando llegar a la columna (contar 100 veces respirando entre cada una) o elevar las piernas y no estar mucho tiempo en la misma posición.