La mayoría de las enfermedades no son eventos que surgen de la nada (salvo virus contagiosos), o están fuera de nuestro contexto. Se relacionan principalmente con nuestra carga genética, medio ambiente, dieta, estilo de vida, falta de nutrientes esenciales, estrés emocional, toxinas en nuestro contexto, falta de ejercicio o precauciones necesarias como repelente de mosquitos, garrapatas etc.
Todo lo anterior, sienta las bases para que el organismo se enferme; es decir, nuestros hábitos interactúan con nuestra biología. Otras enfermedades las provocamos nosotros mismos, sobre todo si tenemos predisposición genética y vivimos dentro de un sistema desordenado, lo más importante es prevenirlas en la medida de lo posible con “un balance”, no se trata de sacrificios sino de tener una vida equilibrada. Primero verifica tus rutinas y de manera sincera ubica cuáles son las más dañina para ti y tu familia, busca ayuda y crea un plan integral que involucre a todos en casa.