El ajo es una planta perenne de la familia de la cebolla y cada uno de los dientes puede dar origen a una nueva planta de ajo. Los primeros vestigios que se conservan de la utilización del ajo para el consumo y medicina natural se remontan al tercer milenio A.C. en la India y Egipto.
Hoy se conoce que se trata de una excepcional fuente de vitaminas A, B1, B2, B3, C y E; además contiene agua, carbohidratos, proteínas, fibra, minerales como el manganeso, potasio, calcio, fósforo y en cantidades menores: magnesio, selenio, sodio, hierro, zinc y cobre.