El ajo es eficaz como antibiótico, combatiendo numerosos hongos, bacterias y virus. Además reduce la presión arterial y el colesterol; incrementa el nivel de insulina en el cuerpo, controla los daños causados por la arterioesclerosis y el reumatismo. Tradicionalmente se ha utilizado en casos de bronquitis, espasmos abdominales, amenorrea, diabetes, neuralgias o ciática. De manera tópica su jugo se ha utilizado para el tratamiento de las verrugas comunes. favorece la eliminación de líquido corporal por lo que constituye una gran ayuda no solo en casos de artritis reumatoide sino también en situaciones de edema y reumatismo. El ajo crudo tiene propiedades antisépticas, fungicidas, bactericidas y depurativas. Para poder disfrutar de sus propiedades, la recomendación es consumir un diente de ajo al día o bien tomarlo en presentaciones más cómodas:
Perlas, tabletas o cápsulas, justo a la mitad de los alimentos para no percibir su sabor, sin embargo el ajo chino, o deodorizado o el ajo negro, no tienen olor.