El pescado de agua salada suele ser muy rico en ácidos grasos, en especial omega 3 y tiene una gran cantidad de minerales como el zinc, fósforo, selenio y yodo. El hígado de muchos pescados en especial el bacalao es rico en vitamina D (generalmente difícil de conseguir y que se encuentra por lo regular en alimentos fortificados como la leche, cereales de caja y mantequillas, o de manera natural en la yema de huevo, papaya, kiwi, sardinas y atún).